lunes, 5 de octubre de 2009

1. LA NUEVA GENERACION DE PADRES DE FAMILIA

Podemos pensar que estamos observando las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido sus progenitores.
Y en ese esfuerzo de abolir los abusos del pasado, ahora, algunos pretenden ser más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia.
Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más "igualados", beligerantes y poderosos que nunca existieron.
Parece también que en ese intento por ser los padres que quisieron tener, pasamos de un extremo al otro. Así que, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos.
Los últimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.
En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal. En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.
Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten. Y son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin. Como quien dice, los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado...

2 comentarios:

Troncocomun Productions dijo...

Aun asi los padres deben tener el valor de hacer respetar las reglas de juego y si no pues el castigo o la reprenda demostraran que todo tiene consecuencias, no se trata de una guerra de poderes sino de trazar la reglas de juego.
Como padre creo en la libertad de los hijos en explorar el mundo a su manera y junto con ellos (incluso a la manera que a uno no le dejaro los padres de uno) pero todo dentro de reglas basicas que les ensenen a no pretender creerse los unicos vivientes del planeta, asi que jueguen y jodan todo lo que quieran pero cuando es a comer, es a comer y cuando es a dormir , es a dormir y ya!
o si no "pofon les"! como solia decir mi papa! hahaha!!

Isabel dijo...

Totalmente de acuerdo con David. Soy mamá de una preciosa criatura Artur, de 4 anitos. Y el crio es bello, pero por dentro ! Como Bahai, intento involucrarlo en el mejoramiento del mundo, que debe ser llevado a cabo por medio de hechos puros y hermosos ! Hay que intentar potenciar esa mina de piedras preciosas que todos llevamos dentro. Nuestros peques las tienen aún bien puras ! Hay solo que pulirlas.
Gracias Leo por este blog.