Toda nuestra vida transcurre en el aquí y ahora. El pasado ya se ha ido y no podemos revivirlo, y el futuro no ha llegado todavía. Cuando aprendemos a concentrar toda nuestra atención en el momento presente—sea que estamos conversando con alguien, realizando nuestro trabajo, tomando un examen, o participando en una reunión—seremos más eficaces y estaremos más contentos.
Igual sucede cuando necesitamos concentrarnos y relajarnos en una situación que ya es y no se puede cambiar; el umbral del dolor tiene sus grados y entre más alto esté, más podemos controlar nuestras acciones, nuestros miedos, habrá más tranquilidad en el momento en que es preciso. Tenemos la falsa información sobre lo que “NO PODEMOS SOPORTAR”, y es cuando nos ponemos tan nerviosos y negativos que agudizamos el dolor, a veces hasta el desmayo, la nausea, los gritos incontrolables.
Tenemos la necesidad de aprender a meditar a encausar nuestra energía a desprendernos de todo, menos de Dios para conseguir manejar mejor las emociones; no es tarea fácil.
A menudo nuestros pensamientos andan por todos lados. Cuando estamos con nuestros hijos, esposo/a, o amigos, una parte de nuestra mente está pensando en el trabajo; cuando estamos en el trabajo, estamos pensando en algún problema familiar o en la reunión que vamos a tener en la noche; y cuando llegamos a la reunión, estamos desatentos por estar pensando en algo que pasó durante el día y así nos sentimos distraídos y apurados gran parte del tiempo.
Igual sucede cuando necesitamos concentrarnos y relajarnos en una situación que ya es y no se puede cambiar; el umbral del dolor tiene sus grados y entre más alto esté, más podemos controlar nuestras acciones, nuestros miedos, habrá más tranquilidad en el momento en que es preciso. Tenemos la falsa información sobre lo que “NO PODEMOS SOPORTAR”, y es cuando nos ponemos tan nerviosos y negativos que agudizamos el dolor, a veces hasta el desmayo, la nausea, los gritos incontrolables.
Tenemos la necesidad de aprender a meditar a encausar nuestra energía a desprendernos de todo, menos de Dios para conseguir manejar mejor las emociones; no es tarea fácil.
A menudo nuestros pensamientos andan por todos lados. Cuando estamos con nuestros hijos, esposo/a, o amigos, una parte de nuestra mente está pensando en el trabajo; cuando estamos en el trabajo, estamos pensando en algún problema familiar o en la reunión que vamos a tener en la noche; y cuando llegamos a la reunión, estamos desatentos por estar pensando en algo que pasó durante el día y así nos sentimos distraídos y apurados gran parte del tiempo.
2 comentarios:
Estamos la mayoría del tiempo tan desubicados por falta de concentración, que a veces perdemos el norte y queremos hacer muchas cosas altiempo, sin enfocarnos en ninguna
Hay que vivir el momento,el hoy.
Disfrutar de esos momentos que nos da la vida. Siempre con entusiamo y buenas energias.
Tú eres una de esas personas . Te admiro !
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